Muchos piensan que ganar es triunfar en una contienda. En un partido de fútbol por ejemplo; y está bien.
De niños aprendimos los juegos, primero los solitarios (de reconocimiento de objetos), luego los competitivos (los de "ganar" de unos sobre otros) y luego los cooperativos (atendiendo a reglas mutuas pero además a un mutuo "ganar").
Ganar en el sentido de la competitividad no está mal; al contrario, puede ser muy sano trasladar las contiendas a los terrenos de un juego. El juego es precisamente "re-crear" esa contienda sanamente.
Mas también puede enfrentarse la contienda, por ejemplo una discusión, de argumento a argumento, es decir: escuchándose, incluyendo el argumento "del contrario", y contra-argumentándolo.
Claro que lo mejor es tener co-razón, es decir una razón mutua, esencial para las familias y sobre todo para las parejas y amigos que, por no poseer "razones de sangre", tienden a relativizarse aún más.
Mejor es tener co-razón.
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